Arte y subjetividad

“Si me hubieran hecho objeto sería objetivo,
pero me hicieron sujeto”.
 José Bergamín
Escritor español(1895-1983)

Antes de hablar del arte y su importancia en la experiencia humana hablemos de la manera en que está conformado ese ser complejo que somos. A demás de nuestras necesidades objetivas—aquellas verificables y comprobables que componen el mundo tangible— cada uno de nosotros cuenta con su subjetividad; es decir, con la propiedad de sus percepciones, sentimientos, argumentos y lenguaje basados en su punto de vista, desde donde se considera a sí mismo como un sujeto; influido tanto por intereses y deseos particulares como por factores sociales. “La subjetividad es el espacio donde se desarrollan los procesos que dotan de sentido a nuestra relación con el mundo”[1], mientras que nuestra identidad es la forma en la que la naturaleza del sujetoque somos, se significa o se experimenta. La UNESCO define como <cultura> “al conjunto de los rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan una sociedad o un grupo social”[2];la cultura engloba los modos de vida, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones, las creencias y por supuesto el arte.
La Organización Mundial de la Salud ha publicado numerosos estudios sobre los nexos entre el arte, la salud y el bienestar, destacando la enorme capacidad que el arte tiene para mejorar la salud física y mental. Desafortunadamente en el contexto actual, hemos permitido que el panorama económico eclipse a todos los procesos de desarrollo significativo, incluyendo a aquellos que tienen el poder de fortalecer la existencia humana; procesos como la creatividad, el fomento a la dignidad o la identificación, y éstas operaciones que trabajan en la subjetividad y son capaces de animar, —es decir “dotar o más bien nutrir el ánima o alma” de las personas— procesos que nos transforman a partir de reconocernos a nosotros mismos y que generalmente nos impulsan a participar y sentirnos parte de la sociedad.  Estos agentes tan subjetivos y complejos, son transmitidos por el arte de manera natural y efectiva.

El arte, además de producir hallazgos estéticos en cualquier campo, puede acelerar el progreso y bienestar de las personas. En su dimensión colectiva, el arte faculta nuestra comprensión del pasado y la visión de un futuro compartido y más equitativo. Es capaz de sanar traumas sociales y/o personales, y genera una amplitud indiscutible en la visión de las comunidades. Las herramientas del arte —entre las que se cuentan la visibilización, reflexión, construcción, armonización,  difusión y por supuesto transmisión de información— son capaces de involucrar a comunidades muy diversas y generar cuestionamientos sobre nuestra condición, necesidades y acciones para trabajar juntos encontrando las respuestas que promuevan el bienestar social[3].  El arte es un elemento crítico para lograr la equidad. Es un marco de referencia que refleja los activos de las comunidades y permite su cohesión.

[1]Alejandra Aquino Moreschi, La subjetividad a debateSociológica (México)versión On-line ISSN 2007-8358versión impresa ISSN 0187-0173Sociológica (Méx.) vol.28 no.80 México sep./dic. 2013, http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0187-01732013000300009
[2]https://es.unesco.org/news/epoca-covid-19-mundo-consume-arte-y-cultura
[3]Rose, Hawk Daniel, Liu Creating Change through Arts, Culture, and Equitable Development: A Policy and Practice Primer.Policilink  2017

Subjetividad y pandemia

 

“En tiempos remotos se creía que los dioses decidían por los seres humanos
y que todo estaba definido desde un principio. Hoy sabemos que el conocimiento
y la acción pueden modelar las circunstancias y aproximarnos a los fines que
nos proponemos. También sabemos que nada está decidido de una vez y para siempre”.
Mónica Peralta Ramos (2020)

Una vez que entendemos que nuestra existencia no se sujeta solamente a las condiciones materiales, comprenderemos que existen también condiciones simbólicas que predisponen y afectan nuestra vida cotidiana. El momento en que la humanidad se encuentra es un escenario generado por la aparición de un virus cuyas causas y motivos han ido cambiando tanto como la posibilidad de acabar con él.

Uno de los efectos más poderosos de la pandemia del COVID 19, es el contacto que nos propone con la idea de finitud, la cercana idea de muerte. Esta evidente sensación de fragilidad es el sentimiento que prevalece ahora, momento en que la textura de la vida cotidiana está cambiando.[1]En un momento donde “lo viejo no termina de morir y lo nuevo tarda en nacer”[2], nos hemos convertido en una sociedad en transición. Nuestras costumbres se están transformando y enfrentamos una Experiencia de lo Realque nos desorienta a cada momento. ¿Cómo comprender? ¿qué hacer cuando lo imposible de saber nos atraviesa?De esta pandemia y su embrollo de imposibilidades e incertidumbres, sabemos poco y nada. Lo que sí sabemos que el virus se extiende rápidamente, no tiene horario ni distingue credo, sexo, raza o posición social. Para soportar la incertidumbre cotidiana hemos desarrollado una especie de paciencia; una paciencia activa que nos colocaen estado de cautela y de espera ante una enfermedad invisible se extiende.
Nos encontramos ante un fenómeno viral a nivel planetario del cual no tenemos antecedentes, desconocemos cómo vino, cómo se va, y también cómo sobrevivir. Carecemos de suficientes recursos simbólicos para ubicarnos en la realidad que nos toca vivir a escala mundial.
Cuando aquello que era familiar se nos vuelve extraño, sobreviene el desamparo, y se experimenta la fragilidad de los lazos; se acentúan —porque ya existían previamente —la desprotecciones tales como precariedad laboral, pobreza, vaciamiento primero, el colapso de las instituciones de salud, de trabajo, de ciencia, tecnología e innovación. Por consecuencia nos enfrentamos al deterioro de las condiciones de bienestar psicosocial respecto del trabajo, las relaciones laborales, educacionales, familiares,la pérdida de la calidad de ciudadano y los evidentes procesos de segregación se manifiestan[3][4].

A más de un año de haber iniciado la crisis de la pandemia del COVID-19, seguimos enfrentando retos que ponen en riesgo nuestra salud física, mental y emocional. Entre los efectos más preocupantes que ha suscitado la crisis pandémica del COVID 19, en México particularmente, se registra el aumento dramático de la violencia contra niñas, niños, jóvenes y mujeres dentro de los hogares durante el confinamiento, a demás de casos severos de depresión que no se atienden por no tener recursos ni oportunidades de nutrir este mundo subjetivo que anteriormente hemos descrito. Las dificultades económicas y financieras han obligado a muchos jóvenes a abandonar la escuela para incorporarse a la fuerza laboral familiar y aportar un ingreso a la misma. Niños y jóvenes se han quedado sin el importante espacio para el desarrollo de sus potencialidades, no solo intelectuales, sociales, políticas, culturales; se han quedado sin oportunidades para lograr su desarrollo profesional —tan ligado al factor económico— a corto, mediano y largo plazo, parecen desvanecerse en esta crisis que ha afectado a toda la población en México y el mundo.

Aún no se cuenta con los suficientes elementos para vislumbrar el fin de esta crisis, pero es evidente y urgente integrar estrategias de regeneración social y económica. Recientemente la OMS ha hecho una solicitud especial a los Gobiernos en explorar el arte como apoyo para la salud, a dar un impulso a estas prácticas y a considerar el desarrollo de estrategias y políticas a largo plazo que mejoren la colaboración entre el arte y el sector de la salud que «hagan realidad las posibilidades que ofrecen las artes para mejorar la salud en el mundo» lo cual sería un «beneficio mutuo de las artes y de la asistencia sanitaria y social a escala internacional[5]».

Lamentablemente, el arte y la cultura no se encuentran en la primera línea de apoyo por parte de los gobiernos a demás de que el impacto de la pandemia en el ámbito artístico y cultural ha sido severo y catastrófico, no solo por la reducción dramática de su presupuesto sino por la irrupción del vínculo del artista y su público, es decir, el alejamiento del componente vivo que interactúaba con las audiencias sustituido por la sana distancia que propone una pantalla digital. Uno de los impactos más preocupantes  tras la pandemia se refleja en la dimensión sensible de las personas. El arte vivido a través de las pantallas, “elimina los afectos individuales y colectivos que se experimentan al tener contacto físico con los sonidos de una canción, el movimiento de la danza, la proyección de un actor o la mirada de un cuadro”.[6]

Vivimos un momento estratégico que requiere considerar nuevos modelos culturales autogestivos, creativos y transformadores. Arte y cultura, tienen el poder de intervenir en la reconstrucción del bienestar de los ciudadanos, proporcionando un acompañamiento a la comunidad que en este momento es vital para desarrollar su resiliencia y pronta recuperación[7].

El artista en el contexto actual ya no es tan sólo un creador de “cosas bellas”, es capaz de ser un dinamizador de procesos y acciones que fomenta una construcción colectiva promoviendo la participación colectiva. En Egiptanos Arte y Consultoría AC consideramos urgente y necesario que los artistas y profesionales del arte, la cultura y por supuesto de la educación configuren alternativas que rompan la incertidumbre en que vivimos y generen nuevas formas de reflexión crítica a través de las manifestaciones creativas.

Lo interesante de la esta pandemia es que el mundo se está abriendo nuevas formas de creación y divulgación artística, por eso es necesario que quienes estamos dedicados a los procesos y las prácticas artísticas, propongamos nuevos espacios que impulsen “un arte que transforme nuestras formas de concebir las realidades tan cambiantes e inciertas que estamos viviendo”[8].Deseamos potenciar la recuperación post-pandemia, a través de la educación artística fortalecida por su alianza con la ciencia.
Nuestros programas para el 2021 re-enfocan la práctica estética con el fin de generar nuevos procesos de transformación tanto individuales como sociales que logren un acompañamiento de la comunidad encaminado a la resiliencia y pronta recuperación. Esta es una tarea paralela que no puede darse por hecho y que las herramientas del arte pueden realizar con éxito.

[1]Parafraseando a Daniel García Delgado .Subjetividad en tiempos de pandemia, FLACSO Argentina.http://politicaspublicas.flacso.org.ar/https://www.flacso.org.ar/noticias/subjetividad-en-tiempos-de-pandemia/

[2]José Natanson (2020)

[3]Clara Schor Landman, Consecuencias subjetivas de la pandemia https://www.clacso.org/consecuencias-subjetivas-de-la-pandemia/#_ftn1

[4]ConCienciaSocial. Revista digital de Trabajo Social.Vol. 4 (2021) Nro. 8 – ISSN 2591-5339 https://revistas.unc.edu.ar/index.php/ConCienciaSocial/

[5]https://es.unesco.org/news/epoca-covid-19-mundo-consume-arte-y-cultura

[6]Dra. Ana María Torres, investigadora de la IBERO,https://ibero.mx/prensa/arte-y-covid-19-la-reconstruccion-de-la-industria-cultural

[7]https://ibero.mx/prensa/arte-y-covid-19-la-reconstruccion-de-la-industria-cultural

[8]Arte y COVID-19, la reconstrucción de la industria cultural- Blog Mirada Académica https://ibero.mx/prensa/arte-y-covid-19-la-reconstruccion-de-la-industria-cultural

Por una educación en el arte

 “Arte no es solamente una contemplación,
es también un acto, y todos los actos cambian el mundo”

Tony KusherPulitzer 1992

Ya hablamos de cómo nos encontramos conformados y brevemente describimos el complejo momento en que vivimos ahora. En ese continuo proceso de experimentar el mundo aprendemos a vivir, a pensar y a sentir, a demás del conocimiento que adquirimos en la escuela. Poco a poco vamos percatando de nuestros talentos, de nuestras torpezas, las cuales hoy son benévolamente llamadas “áreas de oportunidad”. Ken Robinson, un experto en educación y creatividad afirma que ” la habilidad natural de las personas muchas veces está enterrada profundamente, como los recursos naturales. Con muchas personas, algo ocurrió que les permitió traer a la superficie ese talento: conocieron a alguien, vieron algo, tuvieron un educador”.

La educación no se refiere solamente a aquello que aprendemos en la escuela. La educación es también la observación atenta del ir y venir de los flujos de la vida. Está siempre presente, en el mundo y en el tiempo.  La educación es responsabilidad de cada individuo y cada uno debe concentrarse en encontrar e impulsar su propio potencial. Esto no se realiza marcando límites, ni fomentando la uniformidad o la competitividad absurda que casi siempre se impulsa en los centros de aprendizaje[1]. ¿De dónde viene esta concepción? Entendamos que el sistema de conocimiento — frecuentemente consonante con el sistema educativo—generalmente desarrolla solamente las habilidades académicas dominadas por la inteligencia productiva y rechaza las prácticas que tienen que ver con el campo subjetivo, como todo aquello que tenga que ver con las artes. Es lamentable que habitando el siglo XXI, aún nos rija un sistema educativo que responde a las necesidades de industrialización del siglo XIX, donde las materias útiles para el trabajo se colocaron en la cima.

Si pensamos en esta rama de la filosofía llamada epistemología, la cuál estudia la naturaleza, el origen y la validez del conocimiento, enfrentaremos dos flancos: efectivamente, una posición racionalistaque insiste en que la fuente del conocimiento es la razón y otra empírica, que abarca el conocimiento basado en la experiencia. La experiencia humana es un complejo que comprende muchos factores, es una colección de informaciones que se modifican constantemente, un producto de acuerdos generado entre ámbitos muy diversos que se interrelacionan e influyen el uno al otro.

Es visible que la insistencia del sistema educativo por lo académico, deja áridas otras zonas del aprendizaje humano. Nuevamente es Ken Robinson quien sostiene que la inteligencia no es la capacidad de destacar en ciertas asignaturas o materias, entendemos a la inteligencia humana por medio de tres de sus atributos más básicos: es diversa, dinámica y única[2].

Diversa porque no solo pensamos visualmente, también auditivamente, olfativamente, táctil y   cinestésicamente y esto se refiere a que aprendemos también del “conjunto de sensaciones de origen muscular o articulatorio que informan acerca de la posición de las diferentes partes del propio cuerpo en el espacio”[3].Pensamos en forma abstracta y pensamos en movimiento. Es dinámica, porque en el cerebro residen miles de interacciones. Muchas de ellas aún son un misterio para la ciencia.  Y finalmente, la inteligencia es única, porque es singular, es decir no tiene pares, puede manifestarse de la manera más inesperada y sin aviso previo.

Aprendimos en la escuela que debíamos quedarnos quietos en el pupitre para poder procesar la información, pero en verdad existen muy diversas formas de aprender, tantas como las múltiples existencias que existen. “Al crecer los niños empezamos a educarlos cada vez más de la cintura para arriba y luego nos enfocamos en sus cabezas, y particularmente en un solo lado. El analítico descriptivo (…) La creatividad es tan importante como la alfabetización y debería dársele la misma importancia”[4].  La danza, la música, el teatro, producen cierto tipo de conocimiento, cierto tipo de inteligencia que la epistemología SÍ es capaz de descifrar y proyectar.  “Para educar hay que alentar la pasión y conmover el espíritu (…) cuando hacemos lo que nos apasiona, sea lo que sea, somos felices y nos sentimos plenos”, en esa tarea el arte es un recurso infalible. “pagamos un alto precio por sacar los sentimientos de la escuela[5]” la cual se tradicional se orienta cada vez más hacia satisfacer las presuntas necesidades del mercado laboral. Así es que repensemos la manera en que vamos a seguir aprendiendo en este contexto de pandemia que hoy nos ha tocado vivir.

El proyecto de Egiptanos Arte y Consultoría AC implica distintos programas que construyen habilidades para la vida y el desarrollo social, cultural y ecológico. Programas que contemplan la distribución y entrega de contenidos y experiencias educativas que fomentan el desarrollo de capacidades emocionales, físicas y psicológicas vinculadas con actividades estéticas que — fortalecidas por un sustento científico — promueven el desarrollo de herramientas que combatan la crisis pública, directamente vinculada al deterioro de la salud del planeta.

Trabajamos en un dispositivo de educación no formal que fortalece y complementa el proceso de aprendizaje permanente de las personas. A la vez que potencia el derecho de acceso a la educación para todos, intentando brindar espacios accesibles y prósperos para la expresión y la distribución justa de los recursos culturales[6].

Este planteamiento surge de la imperiosa necesidad de re-enfocar la vida y el trabajo dedicado a las artes, hacia espacios rurales fuera del entorno urbano, donde se utilice el contacto con la naturaleza como elemento central para generar nuevos procesos de transformación tanto individuales como sociales. Este modelo de intervención educativa no formal que opera combinando las herramientas del arte y la ciencia tiene la capacidad de replicarse en otras comunidades, ya que cuenta con estrategias sostenibles que implican procesos más saludables para contribuir al bienestar no solamente humano, sino del ecosistema completo, donde la relación entre las especies (incluyendo al humano) con su medio, resultan en flujos muy diversos de materia, energía, y procesos culturales.

Nuestro programa para el 2022, produce nuevos modelos culturales autogestivos, creativos y transformadores donde el arte y la educación impulsen la reconstrucción del bienestar de los ciudadanos,desarrollando su resiliencia y promoviendo acciones que mejoren nuestra calidad de vida, donde la educación ambiental será fundamental para desarrollar conciencia sobre la relación humano-naturaleza, buscando respetar la integridad de procesos ecosistémicos claves para nuestro planeta.

[1]https://www.aulaplaneta.com/2016/01/27/recursos-tic/la-vision-de-la-educacion-de-ken-robinson-en-diez-puntos/

[2]Magaña Tomás, Ken Robinson: La creatividad es tan importante como saber leer y escribir. https://escuela.bitacoras.com/2020/03/04/ken-robinson-la-creatividad-es-tan-importante-como-saber-leer-y-escribir/

[3]Oxford Languages and Googlehttps://languages.oup.com/google-dictionary-es/

[4]Sir Ken Robinson. Charla “Las escuelas matan la creatividad” TED 2006.

[5]Ibídem

[6]Consultado el 23 de octubre del 2019 https://www.americansforthearts.org/sites/default/files/pdf/2016/about/cultural_equity/ARTS_CulturalEquity_updated.pdf

Nuestra metodología

 “Arte no es solamente una contemplación,
es también un acto, y todos los actos cambian el mundo”

Tony KusherPulitzer 1992

Nuestra metodología incita y promueve el trabajo en colaboración con artistas, colectivos y/o instituciones. Organiza equipos de trabajo con estrategias diversas, capaces de “crear un ambiente de que promueva la inclusión en todas sus variaciones” (Bourke, Smith, Stockton y Wakefield, 2014) y no la imposición de una visión externa. Los artistas que dirigen cada iniciativa, no promueven el mantenimiento rígido de las fronteras disciplinarias que ha llevado a la marginación y la devaluación de las las prácticas expresivas; su amplitud de criterio y sólida formación les permite generar un aprendizaje sustantivo multilateral que produce una conciencia cultural en pro de la equidad de la sociedad.
Utilizamos las diferentes herramientas del arte para articular o re-articular el tejido social, que en muchos sectores está deteriorado por el desinterés, el individualismo, las pugnas políticas y factores diversos.
Nuestra asociación posibilita un diálogo social que tiene al arte como su eje fundamental, desde una perspectiva que excede la del espectáculo como el fin primordial. Estimulamos los canales de diálogo: participación, creación, producción y circulación colectiva. Privilegiamos el proceso y animamos el cambio. De este modo construimos nuevos escenarios y horizontes, no solo respecto del proyecto sino también de las formas de relación del arte y el artista con la comunidad, y la organicidad de su realidad cotidiana. Estos múltiples escenarios y realidades generan tensión y cuestionan el impacto de cada una  de nuestras iniciativas. Estas van desde presentaciones artísticas de pequeño formato en las que se comparten registros del trabajo en video, fotografía, audio o dibujo; puestas en escena multidisciplinarias donde interrelacionamos sectores diversos de la población mexicana, culturas y/o disciplinas diversas que forman parte del nuestro tejido social, para descubrir distintas realidades que comparten la inclusión y la equidad cultural como asuntos medulares. Medimos nuestros resultados. Además de a calidad de la propuesta artística, observamos su impacto social y la posible dimensión de un cambio generado por todos.

Diversidad, equidad cultural e inclusión en las artes y en la cultura

“El arte propone naturalmente una estructura democrática e inclusiva,
donde se borran las diferencias de género, cultura y nivel socioeconómico,
 y se rescatan valores como el trabajo en equipo, la solidaridad y la reciprocidad.[8]”

Soledad Avaca.

El término “equidad cultural”, aparece por primera vez en 1978, en un estudio de audiencia de la National Endowment for the Arts (NEA), donde se define como un derecho tanto el producir como consumir productos culturales[9].
La equidad cultural encarna los valores, políticas y prácticas que aseguran que todas las personas, que han estado subrepresentadas históricamente por motivos de raza, etnia, edad, discapacidad, orientación sexual, género, identidad de género, nivel socioeconómico, geografía, estado de ciudadanía o religión; estén representados en el desarrollo de la política artística, y tengan derecho a espacios accesibles y prósperos para la expresión y la distribución justa de recursos informativos, financieros etc.[10].

Desde el surgimiento de la NEA en la década de los 60´s, se plantearon las bases para cuestionamientos puntuales sobre el valor social del arte en oposición a su valor estético o “intrínseco”. Para el 2019, podemos afirmar que la perspectiva social del arte y su propuesta estética no se encuentran en lados opuestos. La polaridad entre lo populista y lo elitista desaparece con el entendimiento de que todo ser humano tiene derecho a expresarse y la educación transforma la conciencia, los sueños, las realidades.

Las concepciones rígidas sobre el arte, como limitar la participación de la audiencia a un papel pasivo o centrarse en el arte por el arte, se han visto como una barrera para descubrir los roles que pueden desempeñar las actividades artísticas y culturales al reunir a diversas personas a través de un proceso estético que revela bienes culturales y fortalece las comunidades (Jackson, 2009).

Afirmaciones

  • Todas las personas merecen igual acceso a una vida creativa plena y vibrante, que es esencial para una sociedad sana y democrática.
  • La equidad cultural es fundamental para la viabilidad a largo plazo del sector de las artes.
  • El cambio social sucederá al reconocer y desafiar nuestras desigualdades trabajando de manera conjunta.
  • La presencia de artistas en la sociedad, desafía las cualidades y alienta las alternativas. Su convivencia e interrelación con los distintos actores de la sociedad, en un clima de convergencia enriquece la cultura, produce bienestar y genera el cambio social.

Acciones

Para fomentar la equidad cultural, nos esforzamos por:

  • Buscar conciencia cultural en toda nuestra organización a través del aprendizaje sustantivo y políticas formales y transparentes.
  • Reconocer y desmantelar cualquier mecanismo que impida el acceso de oportunidades a los grupos más vulnerables o de características singulares.
  • Comprometer tiempo y recursos para expandir el aprendizaje significativo, la acción del arte como herramienta de cambio social y el apoyo de programas y políticas que reflejen la amplitud de la sociedad mexicana.
  • Generar y agregar investigaciones cuantitativas y cualitativas relacionadas con la equidad para hacer más visible el progreso gradual y medible hacia la equidad cultural.

[1] ASDI, http://www.sida.se/sida/jsp/sida.jsp?d=440 11.04.2006, 13.40

[2] OAS, http://www.oas.org/udse/espanol/cpo_cult_cronol.asp 09.05.2006, 11.05

[3] Ljungman et. al., Sida´s work with culture and media, Stockholm, 2005

[4] UNESCO, Declaración de México, Conferencia Internacional de las Políticas Culturales. México D.F., 1982. p. 44

[5] Creative Exchange, Marsh, M & Gould H. Routemapping Culture and Development en http://www.creativexchange.org/html/library/routemap.pdf , Reino Unido, octubre 2003 con referencia a UNESCO, Our Creative Diversity, The report of the World Commission on Culture and Development. Paris, 1995. Traducción propia de la cita.

[6] Rose, Hawk Daniel, Liu Creating Change through Arts, Culture, and Equitable Development: A Policy and Practice Primer. Policilink  2017

[7] Radl, Alexandra, Banco Interamericano de Desarrollo, La dimensión cultural, base para el desarrollo en América Latina y el Caribe: desde la solidaridad hasta la integración. Buenos Aires, BID, 2000. pp. 20-24

[8] Avaca, Soledad. “La valiosa experiencia internacional”, en La Nación, internet, 22 de abril 2006.

[9] Mauldin Kidd, Ruskin., CULTURAL EQUITY AND INCLUSION INITIATIVE LOS ANGELES COUNTY ARTS COMMISSION Marzo 2016 p. 1

[10] Consultado el 23 de octubre del 2019https://www.americansforthearts.org/sites/default/files/pdf/2016/about/cultural_equity/ARTS_CulturalEquity_updated.pdf

¿Cómo trabajamos?

Nuestra asociación es un espacio de reflexión y generación de cambios que ejerce los poderes de las artes y la educación para asistir a nuestra sociedad en sus necesidades urgentes. Somos un escenario de discusión y negociación de diversos temas concernientes a las políticas culturales mundiales.

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